y mi nombre propio tan parecido
al de esa ciudad medio oriental,
que como un saco llevo en hombros
como un peso de rabias redondas
como naranjas podridas,
se me hace ajeno ahora,
por culpa de mi despojo de pasiones,
de mi país agonizante, sordos los dos
a esos poemas de complicada hermosura,
que la maldad pensante y antisemita llamó
patrios y no paternales,
por mi forma coja y nuestro ritmo en ruina,
por mi contenido y sustancia venenosa hasta la rima,
nuestra frágil vileza y cidra de verde crueldad,
por eso no sé traducir ni mi nombre ya, madre,
ni recitar contigo frescores perdidos
y el dolor es cartón piedra
en este poema trunco y torpe
que dice de mi pobreza
sólo propia
y patria
mas no,
alabados sean los dioses,
familiar
________
y ahora que nos llegó la derrota
y tanto parece perdido
en estos años por venir
se me pierde el norte
y no sé hacia dónde pensar,
pues que el sentimiento
quiere anularme
el presente próximo
por culpa de este
más que imperfecto
pasado con su brújula
rota y desimantada,
pero nos queda
el blanco y llano
del futuro lejano
4.12. 2006
miércoles, 20 de febrero de 2008
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